2006-08-31

Reflexiones de una mente atormentada (y de examenes) :P


Hay dias en que no se distinguir lo que es cierto y lo que no. Días largos, más aún que la tensa espera de la luz del alba cuando uno anda sumido en la mas oscura de las noches. Ni siquiera se el motivo de estas palabras. Quizás sea el miedo, ó la soledad, ó ambas tal vez,que atraviesan mi alma como afilados cuchillos buscando derramar mi alma sobre este papel, hasta que caiga la última gota y ya no quede más.

Son esos dias los que me hacen ver, que no existe mal, sino falta de bien; que no existe miedo, sino falta de valor, pues el peor castigo que puede infligir un ser a uno mismo es dejar escapar aquello que busca, que sueña, que añora, que ama...que le arranca una sonrisa.

Sirvan estas palabras de reflexión,no sólo para aquel que las escribe, sino también a aquellos que tengan oportunidad de leerlas, pues tal vez con un poco de suerte, le sirvan para mirar hacia adelante con ganas de recuperar esa sonrisa perdida que un dia se les calló de los labios. A mi me sirvió, ¿y a ustedes?

2006-08-22

¿Commit o rollback?


Sientes que se desploman las mugrientas paredes que te rodean como castillos de naipes.
Que en medio de esas líneas de código puedes llegar a programar tu vida, hasta el más mínimo detalle, dejando poco al obstinado azar. Que en cualquier momento esa pantalla brillante que tienes en frente te va a tragar y tu genoma quedara reducido a bits y pasaras a formar parte de unos estúpidos hilos (no mucho más estúpidos que los que manejan en esencia nuestras vidas).
Y ese maldito dolor de cabeza, que no consigue combatir ni el Actron compuesto ni el Paracetamol 1 gramo que te acabas de meter al cuerpo.
De fondo, oyes el teléfono, que termina de joderte vivo mientras notas que un nudo te oprime la garganta.
Ahora mismo te dabas al opio sin dudarlo. Dejarías que el humo te hechizara y que tu mente se evadiera de la presión que padece en estos momentos, que fluyeran las ideas como las puertas que se abren ante un folio en blanco...
Cuando salgas de esta condenada habitación al mundo exterior, te perderas encantado en los excesos que este te brinda... arrastrado por unos brazos invisibles o por tu conciencia misma... ¿fumas?

2006-08-18

Aquí viene una vela para acompañarte a la cama...


Solo era un sueño. Solo era un sueño. Un mal sueño... - me repito a mi misma, todavía jadeante, cubierta de un sudor frío que me hiela el alma -.
Hoy te he vuelto a ver.
Creí que estaba superado, llevaba tiempo sin pensar en ello, tiempo sin tener la misma pesadilla. Tal vez, porque cumplí con mi parte. No he vuelto al cementerio desde entonces -al menos, en ese estado-.
Recuerdo las señales: una cruz metálica golpeando algo invisible - un golpe seco y un eco horrible, que se repite -, el sonido de una pala que ahonda un lecho, quizá el mío - no, el mío no. No pienso ser pasto de los gusanos –.
Y ese mal sueño, en el que me veía como siempre a los pies de tu tumba. Con la cordura discutible que me acompañase esa noche, tu aparecías por un camino entre las lápidas y los cipreses, dejando la capilla al fondo, esa que siempre me inspiró pánico y respeto - y ese sitio… el morbo de ese lugar…-.
No podía saber que eras tú, eras la imagen misma de la muerte, o esa que siempre se le atribuye. Pero no llevabas guadaña, solo la túnica negra con ese capuchón en la cabeza, cubriendo tu cara por completo.
Te acercabas a mí, yo te esperaba, paciente, no me dabas miedo, en el fondo te reconocía tras esa fachada, sabía que eras tú.
Una tranquilidad sospechosa me invadía al mismo tiempo, iba muy colgada.
Mis músculos estaban relajados, no me planteaba ni por un momento huir de ti.
Entonces te quitabas el capuchón, y veía la imagen más horrible que se pueda contemplar. En tu rostro, dos cuencas vacías por ojos despedían una mirada terrorífica. Susurrabas algo, que no recuerdo – o no quiero recordar -, quizá porque durante años me atormentó y enterré en el olvido, para que no siguiera haciéndolo.
Recuerdo tu aliento frío, que me calaba en los huesos e iba escarbando dentro de mí.
Solo acertaba a ver como de tu manga sacabas algo brillante cuyo filo me desgarraba una y otra vez, hasta que caí desplomada.
Inmóvil, como en un sueño, dentro del mismo, te veía alejarte. Sin prisa, tranquilo, como quien cumple con un deber que cree necesario, no como actuaría un sicario.
Ese momento se me hacia infinito. Se supone que tras un mal sueño uno se despierta rápidamente, sobresaltado. A mi me daba tiempo de sobra como para que esa espera se hiciera eterna.
Cuando despertaba recordaba todo, incluida esa frase que me atravesaba.
Puede que hubiésemos desafiado demasiado algunas fuerzas, haciendo lo que hacíamos. A todos nosotros, de una u otra forma se nos dijo que no siguiéramos con lo mismo - Tu fuiste mi mensajero, abuelo -.
Conseguí superarlo, pero hace un par de semanas la misma sensación volvió a atormentarme. Me hizo plantearme si poner una noche una grabadora en mi cuarto. Me atreví. Por lo que pude descifrar de mi voz confusa y mis palabras entrecortadas, había vuelto a soñar contigo. ¿Estamos otra vez traspasando límites prohibidos?
>> Aquí viene una vela para acompañarte a la cama, y aquí viene un hacha para cortarte la cabeza... <<

2006-08-13

¿Quien la lleva?

>> Otra vez he vuelto ha hacerte daño... Me gustaría sentir lo que tu sientes, pero no puedo. <<

A veces pienso que es mejor quedarme en casa, siempre que salgo la lío de una u otra forma.
Me pierdo en otros brazos, donde por un momento, creo encontrarle... pero él esta a un par de galaxias de mi, poco puedo hacer por tratar de llamar su atención y despertar su interés.

Esa noche te hice daño a ti.
Resulta asombroso ver como la luna llena, "unas" copas de más, el embrujo de la música y el aprecio que te tengo, formaron un cóctel molotov que nos llevó a terminar juntos bajo las mismas sábanas.

Al día siguiente nada y todo había cambiado...
"No me digas que me quieres, sabes que no quiero oírlo, anoche era anoche, hoy todo sigue como siempre. No me pidas que te explique lo que ni yo misma entiendo. "
...

Ayer me atreví a sonsacarle a esa rubia simpática el número de teléfono de su apuesto amigo, ese que tenía bonito hasta el blanco de los ojos. A pesar de que al enterarme que tenía novia, me negué a que me lo diera, sus palabras cargadas de elogios hacia él, consiguieron despertar mi interés y terminé aceptándolo.

Por casualidad, y por otras cosas que no vienen a cuento, hoy tomé un café con él. Una charla coloquial, unos tragos de por medio (con los que acompañar ese café) y sus ojos clavados en mí, dejándome claro que a la más mínima señal de reciprocidad, se abalanzaría sobre mí y se olvidaría de esa chica llamada novia que le esperaba en casa.

De pronto me vi asqueada por la cruda realidad, nos pasamos la vida detrás de personas que a su vez van detrás de otras, todos somos marionetas que manejamos por un rato a nuestro antojo y cedemos a otras personas sin demasiado reparo.
Hoy me cansé de seguir participando en este espectáculo llamado vida, lo mejor será que me atrinchere en casa...