Esta mañana me detuve a mirarte un momento...
Sentada en el hall del hospital, viendo pasar a los médicos de un lado a otro con sus espantosos instrumentos de tortura, a la gente con una mueca horrible en sus rostros, mezcla de desesperación o cansancio... y un poco mareada, drogada por ese nauseabundo olor a látex que lo invade todo, no deja de sorprenderme el hecho de estar otra vez a la espera de verte.
Me llegó tu mensaje...
Llevaba más de un año sin tener noticias tuyas, a excepción de rumores que me llegaban procedentes de terceras personas. Recuerdo tu última llamada, entonces estabas lejos, muy lejos... De mis labios solo recibiste un tajante No por respuesta: NO.
Ahora, una extraña sensación de culpa me invade, pude cambiar tu destino o no, o solo tal vez… O quizá solo hubiera conseguido enturbiar un poco más el mío propio.
Espero nerviosa que se vacíe un poco tu habitación y me dejen entrar. En el fondo no estoy segura de si quiero verte, ni siquiera de porque estoy aquí… Tal vez, por esa sensación de culpa, o por extraños sentimientos que parecen resurgir de sus cenizas, alimentados por los incansables recuerdos, o puede que por mera empatía…
Agudizo los sentidos mientras observo, como si de un sueño o una pesadilla se tratase, con los ojos muy abiertos, como se abre lentamente la puerta…
2 Comments:
Pfff, q me vas a contar, son las 8 de la mañana y acabo de llegar al curro, directa desde la casa de unos mendas q apenas conozco donde anoche nos pegamos la juerga padre... Bestial.
No se si te escribo desde el infierno o es q todavia no se me ha pasado el efecto de las drogas... lo cierto es q creo seguir viendo dragones por todas partes...
Mira, mira, frente a la fotocopiadora veo uno que me sonrie y todo...
La culpa es un arma peligrosa, nunca sabemos cuando una decisión sensata puede acabar convirtiéndose en arrepentimiento... aunque no tenga razón de ser que nos sintamos culpables.
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