2006-07-27

Las riberas del Aqueronte

>> Con la desolación como única compañera vago errante en busca del bueno de Caronte, con un óbolo en la boca como pago por sus servicios, más bien preferiría negárselo y hundirme en las aguas del Aqueronte por el peso de la culpa... <<

En aquellas noches de lujuria no reparaba en las consecuencias de mis actos, hasta que un buen día descubrí que sin quererlo había marcado un fin en mi camino y en el de la gente que me rodeaba...

Ya no me veía ni me veían como una persona, mi vida era símbolo de enfermedad, soledad y tristeza.

De repente me convertí en el verdugo de mis padres, de mis hermanos, de gente a la que amé y de mucha otra que se cruzó por casualidad en mi vida.

Siempre fui una persona sana con una vitalidad innata por compañera... Ahora un simple resfriado puede acabar conmigo. Mi piel antes lozana ahora esta cubierta de llagas, me cuesta respirar debido a la tuberculosis, las fiebres y la visión borrosa me están enloqueciendo... mi cerebro se está marchitando.

Las consecuencias físicas las interpreto como la deuda que debo pagar por mis pecados, en cambio la soledad es la que en verdad me esta matando.

>> La culpa no dejará de reconcomerte ni en tu tumba, los gusanos repudiaran tu carne putrefacta y en tu lecho sembraras muerte y desolación... <<

- Calla, basta ya...
Para I.P. esto nos pudo haber pasado...