El desván de los Sin nombre...
Un líquido viscoso, amarillo. Carne tumefacta. Inhala formol directamente a sus pulmones mientras intenta gritar, pedir socorro, emitiendo solo un grito sordo. Los músculos entumecidos. Frío. Quiere nadar, salir de la piscina de formol, pero no puede. Angustia. Necesitamos una pierna izquierda, una voz grita de fondo. Tiembla. Un ayudante de laboratorio se acerca, husmea en busca de su objetivo. No hay piernas izquierdas. Miedo. Hubo suerte, tomó al hombre que estaba a unos centímetros suyos. Lo transporta con sumo cuidado y respeto a la camilla de mármol y lo deposita en ella. Saca sus instrumentos y comienza a desgarrar la carne, despedaza el cuerpo. Devuelve éste antes íntegro ahora incompleto a la piscina. Crashhh. Un ruido de cuerpos dilatándole. Insomnio ante el lento pasar de las horas. Su cuerpo maleable, transformado en una masa deforme, se asemeja a la goma de mascar. Soledad. Sueños bajo las aguas, silencios en la superficie. Ansiedad. Tertulia de autistas. Ojos que rezan por no ver.
7 Comments:
... y su creador orgulloso, dirá que todo fué por el bien de la humanidad..
gran historia ;)
Gracias por visitar mi casa y dejar tus comentarios. Volveré. Saludos.
http://clarasofia.blogspot.com
A veces tambien nosotros nos bañamos en formol para dejar de sentir pero debajo de esas aguas siguen intactos lo sueños...
Gracias por tu comentario en mi blog, me encanto' tu visita y que me trajera hasta aqui...
Un abrazo
Oscuro, inquietante, certero... Volveré pronto a por mi dosis de formol. Saludos desde la azotea.
Otros artistas, manos en la masa.
- Un chupito de formol, por favor.
- Ya lleva usted 4 ¿no serán muchos?
- Es que desde que tengo dos piernas derechas ando como Charlot y al recorrer un buen trecho acabo muuuy cansado :-)
La primera lectura fue impactante.
La segunda lectura fue un placer.
( una buena idea para algo con mayor carga, de mayores dimensiones; porque no lo intentas?)
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