2006-09-07

Unas gotitas de alegría...


Me encantan los días lluviosos, cuando se avecina una tormenta y el cielo se oscurece de repente, cubriéndose de negros nubarrones, y al desatarse ésta, cruje en un tremendo estruendo...

Me transmite una contradictoria sensación de paz, como si por fin sintiera mi espíritu en armonía con el entorno. Al sentir la electricidad del ambiente recorriendo mi cuerpo se estimulan mis sentidos de una forma casi orgásmica, al ser invadida por toda su energía...

Ayer, chapoteando entre los charcos, en la ciudad más contaminada de Madrid, con las minúsculas gotas cayéndome en la cara, mientras las sentía crecer y tropezarse unas con otras, trazando caminos caprichosos a través de mis mejillas, me sorprendía con una sonrisa en los labios.

A mi alrededor la gente corría apresurada como si hubiera llegado el día del juicio final, cubriéndose espantada bajo sus paraguas… Debía parecer una loca con mi paso despreocupado y mi cara de felicidad, espejo de lo que en ese momento sentía...

2 Comments:

Blogger The Seeker said...

Sí. No deja de ser curioso cómo hay gente que huye de la lluvia.

A mí, en ocasiones, me han llamado loco por negarme a usar un paraguas y querer empaparme o saltar en los charcos como un niño.

Un saludo desde el lugar en el que -dicen- la lluvia es arte.

08 septiembre, 2006 09:49  
Blogger sb said...

es lógico tener miedo a la lluvia, es algo a lo que no estamos acostumbrandos en este país... huímos de la lluvia como huiríamos de un pulpo gigante del tamaño de un edificio :)

11 septiembre, 2006 10:10  

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